Conrad se sirve de una atmósfera capaz de engullir a cualquier ser humano gracias a unas descripciones increíblemente precisas y un uso del lenguaje tan exquisito como su conocimiento del mundo, obtenido gracias a los viajes que realizó surcando los océanos.
La locura de Almayer, su primera novela, publicada en 1895, recoge de una manera sorprendentemente realista toda esta experiencia y dibuja un conjunto de personajes atormentados que intentan sobrevivir al choque cultural y a las condiciones que impone un medio asaeteado por profundos prejuicios raciales.
Encrucijadas morales, lealtad, traición, engaños propios y ajenos, acción... son algunos de los ingredientes de esta novela.