Un libro a caballo entre la autobiografía y el ensayo más libre, que puede leerse, además, como una pieza clave, fundacional, de la última narrativa en español. Un libro de culto por donde transitan en igualdad de condiciones Jean-Paul Sartre y Pedja Mijatovic, Sergéi Bubka y Jean-François Lyotard; donde la artista Orlan se convierte en la «protagonista femenina» de un texto con tantos niveles de sugerencia que se expande mucho más allá de estas páginas.
La sal es para Iván de la Nuez lo que el Libro de arena para Borges o el Territorio de la Mancha para Carlos Fuentes, sólo que su mapa no se adscribe al tiempo ni a la lengua. Entre el pasado dulce de las nostalgias y el presente ácido, y cínico, de la globalización hay un futuro que puede ser nombrado con la punta de la lengua. Un porvenir salado.
«Textos como éste cifran la supervivencia del pensamiento.» Pablo López Álvarez, El País