"Afganistán es una república en la que habitan diferentes etnias
y cuyo pasado –y presente– es sinónimo de guerra y genocidio.
Pese a ello, en su sociedad reina una hipocresía que lo ensalza y
dulcifica, y que ha ahogado en un mar de mentiras y silencios las
voces de los hazaras, una minoría descendiente de los antiguos
mongoles, de lengua persa y religión musulmana chií, que sufrió
en 1890 un genocidio en el que el 62 por 100 de su población fue
exterminada por los pastunes. Renunciando a las convenciones de géneros literarios como la
autobiografía o las memorias, y siguiendo las reglas del relato
oral, este libro ofrece, a través de los ojos de quien ha crecido
superando obstáculos y sufriendo en sus carnes la discriminación
étnica y el sofocante ambiente religioso y feudal, un recorrido
por el periplo vital de A. K. Gracias a él, el lector podrá observar
por primera vez la vida en el interior de las madrasas, las
escuelas religiosas musulmanas, y conocer sus reglas, sus privilegios
y sus jerarquías.Un alegato a favor de los derechos humanos, la dignidad y la
igualdad entre hombres y mujeres, de la libertad y del valor de la
educación laica, y también una crítica sincera, sin exabruptos,
sin odio, a la corrupción, el fanatismo y la pobreza. El testimonio
de este estudiante y profesor afgano no sólo nos transporta a
una compleja y difícil infancia y adultez llenas de sentimientos
encontrados, carencias materiales y dominio pastún, sino que
nos relata el devenir colectivo de aquellos condenados al mutismo.
Uno de ellos ha decidido acabar con él. Y ello es un acto
necesario, valiente, en un país en el que escribir conlleva peligros
para la propia vida."