Pocos países tienen más relevancia en el tablero de Oriente Próximo que la monarquía saudí y pocos son menos conocidos entre los que la envidian, la critican o la temen. Generalmente considerado el reino de la opulencia más desmedida y corrupta, las relaciones sociales más oscurantistas y medievales y la exportación del fanatismo religioso más violento, la apelación a estos tópicos, intemporales y ahistóricos, conforta y ahorra el esfuerzo de comprensión de una realidad mucho más compleja.
La obra de Pascal Ménoret abre un panorama mucho más rico, que va desde la puesta en cuestión de las raíces beduinas del Estado hasta la significación del «wahabismo» en la religiosidad local y el ascenso del islamismo, el papel real del petróleo en la modernización del país, así como el sentido real de ésta. Ménoret analiza la historia del reino a través de las distintas interrelaciones: religión y poder político, nomadismo beduino y sociedades mercantiles urbanas, oposiciones regionales, subordinación colonial y postolonial, posición de la mujer... para ofrecer la imagen de una sociedad dinámica, atravesada por múltiples contradicciones y que no acaba de encontrar el rumbo en su difícil navegación sobre el mar de petróleo en que se asienta.