Este libro está lleno de hallazgos, habla del desvalimiento ante la injusticia, de la vocación como acicate y lenitivo, del fútbol como vocación. Por sus páginas discurre lo más noble de la condición humana, pese a que estén plagadas de recovecos y traiciones. Para cuando halláis acabado de leer este libro os hago una propuesta: releedlo y buscad entre sus renglones a todos los que ayudaron a Súlym o a sus compañeros, y a los que les pusieron trabas en el camino. Porque en definitiva la ética consiste en eso, en elegir entre la fraternidad o el desdén. Y actuad en consecuencia, hoy por ellos mañana por ti. ¿Podría extrañarnos que frente a estos imposibles se yergan otros excesos igualmente increíbles, de tesón, dignidad y heroísmo?