La Unión Europea parece vivir una paradoja. Sus habitantes desconfían de las instituciones comunitarias, la extrema derecha avanza en todas las elecciones, aumentan las desigualdades sociales y el racismo y la tensión entre centro y periferia se agrava. Periodistas, analistas políticos y economistas especulan con la ruptura de la eurozona, la salida del euro e incluso de la UE. Pero por otra parte, y sobre todo si lo miramos con perspectiva, desde que cayera el bloque
soviético la Unión Europea ha añadido 16 nuevos estados, más de 2 millones de kilómetros cuadrados y 124 millones de nuevos habitantes. Y el proceso continúa hasta el punto que la propia Ucrania, históricamente en la zona de influencia rusa, se desgarra a causa de la capacidad de atracción de la UE.
¿Qué está sucediendo? ¿Cómo es posible que la UE parezca desintegrarse al tiempo que amplía sus fronteras? ¿Qué mueve en realidad su comportamiento? El subtítulo lo avanza: imperialismo, xenofobia y derecha radical.