El diez de febrero de 1938, en Barcelona, hacia las diez de la noche, un joven de unos veinte años, vestido con el uniforme de capitán del Ejército, había encendido un cigarrillo. Tenía una cita. Era un frío día de invierno. Se aproximaron los dos hombres con los que había concertado la cita. En respuesta a su saludo el más cercano, a su izquierda, le disparó, a medio metro de distancia. La bala penetró por el mentón hacia la izquierda de la boca, siguiendo una trayectoria de abajo arriba y de izquierda a derecha que destrozó dos piezas dentarias, parte del paladar y se incrustó en el cráneo, sin provocar orificio de salida. ¿Quién era el joven asesinado? ¿Quiénes y por qué lo asesinaron? ¿Quién investigó el asesinato? ¿Quiénes, y por qué, fueron detenidos, torturados y juzgados por ese crimen? ¿Qué implicaciones políticas desviaron la investigación criminal? ¿Es posible solucionar un asesinato setenta años después de ser cometido? ¿Puede resolver la investigación histórica un crimen que, en su momento, fue despachado descuidadamente por la investigación policial? Dilucidar hoy ese crimen, ¿puede ayudarn