En la pasada década se han producido grandes cambios en el modo de ejecutar las transacciones comerciales transfronterizas. Dados los avances sin precedentes en las telecomunicaciones y en las redes informáticas, enormes flujos de capital se movilizan instantáneamente a través del ciberespacio. Empresas estadounidenses como Ford, IBM y Exxon emplean más de un 50 por 100 de su personal en el extranjero, con la consiguiente irritación de los obreros estadounidenses, que se quejan de que se exporte empleo mientras el desempleo crece en el país, y de los activistas que aducen que las empresas poderosas explotan a los obreros del Tercer Mundo pagándoles salarios muy bajos. Y, a medida que la inmigración aumenta, el concepto de ciudadanía ha pasado a ser uno de los temás más preocupantes en las prioridades políticas de todos los países.
¿Qué determina el flujo de trabajo y de capital en esta nueva economía global? ¿Quién tiene capacidad para coordinar el nuevo sistema, y crear un cierto orden? ¿Y hasta qué punto se ven afectadas la territorialidad y la soberanía?, dos principios fundamentales del estado moderno.
¿Perdiendo el control? constituye una aportación de primer orden a nuestra comprensión de estas cuestiones.
Al examinar el auge de los códigos jurídicos transaccionales como la Organización Mundial de Comercio y los convenios sobre los derechos humanos universales, Saskia Sassen sostiene que la soberanía sigue siendo una característica importante del sistema internacional, pero que ya no se restringe al estado nacional. Según Sassen, está teniendo lugar una profunda transformación, una desnacionalización parcial de la territorialidad y de la soberanía nacional, implícita en acuerdos como los del TLC y de la Unión Europea.
Dos campos destacan en el nuevo orden de los espacios económicos: el mercado global de capitales y la serie de códigos e instituciones que hoy constituyen un régimen de derechos humanos internacional. Como muestra Sassen, estos dos ámbitos parajurídicos tienen hoy el poder y la legitimidad para hacer responsables a los gobiernos nacionales, con el irónico sesgo de que ambos dependen del estado para imponer sus objetivos.
A partir de los cambios de política económica, forzados por la crisis de la deuda de México, y de los recurrentes conflictos debidos a la inmigración y a los refugiados en todo el mundo, ¿Perdiendo el control? ofrece un incisivo análisis de las cuestiones que están alterando radicalmente el panorama de la gobernabilidad en la era de la globalización.