Aunque tras la muerte de su hermano Jules, el 20 de junio de 1870, Edmond de Goncourt pensó en interrumpir el Diario. Memorias de la vida literaria que escribían en colaboración, apenas un mes después empiezan a sucederse acontecimientos como la Guerra franco-prusiana, la caída del Segundo Imperio, el Sitio de París, la coronación del káiser Guillermo I en la Galería de los Espejos del Palacio de Versalles, la definitiva derrota francesa frente a la alianza alemana, la Comuna parisina y la guerra civil. Victor Hugo lo denominaría El Año Terrible. Edmond de Goncourt retoma entonces el diario y se dedica a recorrer París con la ubicuidad del reportero moderno para dejar fiel constancia de lo que ve y oye. Su inestimable testimonio directo convierte estas páginas –ya exclusivamente de su autoría, aunque se publiquen habitualmente con la firma de los dos hermanos– en una apasionante novela de no ficción y en el mejor testimonio de un momento crucial en la historia de Francia y del mundo contemporáneo.
Edmond Huot de Goncourt (1822-1896) y su hermano Jules (1830-1870) pudieron dedicarse por entero a la literatura y el arte gracias a la herencia paterna. Escribieron en colaboración novedosas obras históricas y críticas sumamente documentadas –a partir de un puntilloso estudio íntimo sobre la vida privada–, como Historia de la sociedad francesa durante la Revolución y bajo el Directorio (1854-1855), Retratos íntimos del siglo xviii (1858) o El arte del siglo xviii (1859), esta última reflejo de su pasión por el arte y el coleccionismo. Sus novelas, radicalmente realistas, avanzaron el naturalismo. Destacan Soeur Philomène (1861), Renée Mauperin (1864), Germinie Lacerteux (1865) y Madame Gervaisais (1869). Pero la obra más notable de los Goncourt es el Diario. Memorias de la vida literaria, publicado por vez primera entre 1887 y 1896, en nueve volúmenes, y continuado en solitario por Edmond desde el cuarto tomo, suponiendo un impagable retrato de la vida intelectual (y no solo) de la segunda mitad del siglo xix. Al morir, Edmond dejó, en memoria suya y de su hermano, una considerable suma de dinero para la creación de la Academia Goncourt, que concede una vez al año, desde 1903, el premio literario más importante de la lengua francesa.