La dimensión del corazón ha sido descuidada por la modernidad. La razón analítica instrumental y la tecnociencia buscan como método el distanciamiento más riguroso posible entre emoción y razón, y entre el sujeto pensante y el objeto pensado. Por ello, el gran desafío actual consiste en conferir centralidad a lo que es más ancestral en los seres humanos: el afecto y la sensibilidad, cuya principal expresión se encuentra en el corazón. Podría decirse con énfasis que importa rescatar el corazón y recuperar sus derechos, tan válidos como los derechos de la razón, de la voluntad, de la inteligencia y de la libido.
El objeto del presente libro es invitar a las personas a aprender a sentir, a unir la razón, fría y calculadora, con el afecto, cálido e irradiante. De esta amalgama nacerá espontáneamente una nueva voluntad de cuidar de todo cuanto está vivo y es frágil e importante para la vida humana y para la vida en el planeta Tierra.