La aprobación, hace ahora casi veinte años, de la primera legislación auténticamente despenalizadora de la prostitución en Nueva Zelanda fue un acontecimiento de referencia en la lucha por los derechos de las trabajadoras sexuales de todo el mundo y un punto de inflexión ineludible para los debates feministas sobre el trabajo sexual. A día de hoy es seguramente el hecho que marca la diferencia y es capaz de aterrizar ciertas discusiones en una realidad concreta. A partir de la propia voz de las trabajadoras sexuales y de sus experiencias en un espacio jurídico que no penaliza ni discrimina el oficio, Trabajo sexual con derechos no se limita a describir una realidad específica, sino que consigue aportar una visión nueva y más profunda sobre la cuestión. Aspectos como las diferentes formas del estigma, la doble o triple discriminación de las trabajadoras trans o las trabajadoras migrantes, la subjetividad de los clientes, los límites de la legalidad y de la noción liberal de los derechos, y las claves de la autorganización de las trabajadoras sexuales aparecen aquí bajo otra luz. Mediante un amplio y co