¿Centro educativo o nave de la flota galáctica? La tripulación de un instituto es el paradigma de la diversidad: alumnos de una treintena de nacionalidades, cada uno con su propia problemática personal y social; profesores competentes, motivados, luchadores; padres entregados, agresivos, hipersensibles. Horarios de cuadratura más improbable que la del círculo, excursiones que acaban en rescate, ferias de convivencia con premio… En resumen, una comunidad cuyas aventuras y desventuras harían las delicias de los guionistas más avezados… O les harían tirar la toalla. En una nave interestelar, una papelera ardiendo es un peligro; en un centro educativo, ¡la tormenta perfecta!
Este libro, crónica amable y desenfadada del día a día en un instituto madrileño de Secundaria escrita por quien lo dirigió durante nueve años, es un examen riguroso y sincero de la educación en España, para que los lectores la evalúen y califiquen; pero, sobre todo, es un relato delicioso y lleno de buen humor que, sin rehuir el trazo áspero, rechaza el alarmismo y la amargura, y lo cambia por compasión y esperanza.