En las últimas décadas, las transformaciones del capitalismo han resultado espectaculares. La expansión de la financiarización ha otorgado a la renta una nueva centralidad como forma primordial del beneficio. Del mismo modo, cantidades ingentes de inversión se han desplazado de la instalación de industrias y la compra de bienes de equipo a los mercados financieros. Y en paralelo, la digitalización y la consolidación de las nuevas corporaciones tecnológicas han producido formas de concentración económica (y por ende de influencia política) prácticamente inimaginables en épocas pasadas. Estas transformaciones nos obligan a plantearnos preguntas radicales: ¿se puede seguir entendiendo esta economía, cada vez más orientada a la renta y cada vez más digitalizada, como propiamente capitalista? ¿No estaríamos asistiendo a una mutación de tales magnitudes que deberíamos calificar como un nuevo sistema socio-económico; uno al que quizás podríamos dar el nombre provisional de «tecnofeudalismo»? Alrededor de estas preguntas, los artículos reunidos en este volumen tratan de sentar los términos de uno de los debates