¿Salir del euro es una anacrónica vuelta al nacionalismo o un paso necesario para reconstruir una solidaridad auténtica entre los trabajadores europeos? ¿El Estado nacional es una antigualla cuyo lugar está en el museo de la Historia o el ámbito en que se pueden defender con más eficacia la democracia y los derechos del trabajo?
El objeto de este libro es dar respuesta a estas preguntas. El autor, tras repasar los motivos del escepticismo hacia el Estado nacional y las circunstancias de la difusión del cosmopolitismo y el europeísmo, demuestra que la integración europea ha nacido y se ha concebido en contra de los intereses populares. Los tratados europeos y el euro están en ruta de colisión con las constituciones antifascistas, las garantías democráticas y los derechos sociales que se han concretado en el Estado nacional a lo largo de más de dos siglos. La transferencia de algunas competencias fundamentales del Estado nacional a los organismos supranacionales, lejos de ser una evolución natural, obedece a un proyecto de las élites económicas y políticas de las nuevas democracias oligárquicas. Para hacerle frente, hoy el reto, más que reafirmar la soberanía nacional, es defender y ampliar la soberanía popular y democrática.