Libro con fotografías
Entre septiembre y octubre de 2008 Éric Meyer, periodista, y Laurent Zylberman, fotógrafo, fueron de los pocos occidentales autorizados, desde los motines de marzo 2008, a realizar un reportaje sobre la Región autónoma de Tíbet. Se esforzaron en elaborar un retrato matizado de este país donde dos culturas se confrontan y generalmente se enfrentan.
Llegados en el tren rápido que conecta Pekín con Lhasa, a veces huyen para poder recoger imágenes o relatos, y otras veces siguen dócilmente el curso sesgado que se les había concedido tras veinte años de espera por un permiso oficial. Nos invitan así a un doble enfoque. La impresión inmediata que logran las imágenes de Laurent Zylberman es la de una región bajo alta vigilancia: la omnipresencia de policías y patrullas militares en las calles lo certifican. Una región invadida día a día por millares de inmigrantes Han que como pioneros de este nuevo Far West llegan en busca de fortuna, trastornando por su número la demografía del territorio. Pero, al compás del relato, otra visión se dibuja: la de un pais en profundo cambio económico que trastorna brutalmente un método de vida milenario y el frágil equilibrio ecológico de un altiplano poblado hasta ahora por nómadas.
Canales de riego, carreteras, centrales hidroeléctricas, explotaciones mineras, aeropuertos y también escuelas, universidades, hospitales dan prueba de la colosal inversión china para hacer del Tïbet una región moderna y rentable.
Encuentros inesperados, a veces divertidos, y choques temporales directos son manifestaciones de la fricción entre estas dos culturas:
- una materialista, violentamente vuelta hacia la eficacia técnica y la conquista de nuevas riquezas naturales.
- otra esencialmente espiritualista, fiel a una concepción del lugar del hombre en un tiempo cíclico y un orden cósmico inmutable.