En este texto, complejo y al mismo tiempo aprehensible, Dubois nos introduce en la dimensión revolucionaria de la fotografía que, según dice, reside en la naturaleza irreductible del acto de su creación, el procedimiento puesto en acción que explicaría a cada imagen no como resultado de una técnica sino como un dispositivo de comunicación que incluye en igual medida el momento omnipresente de su creación y el de la recepción, también creativa. Estamos frente a una imagen-acto, en el que el gesto de la producción y el acto de su "contemplación" son partes constitutivas.
Así, la fotografía puede ser, y es, al mismo tiempo espejo del mundo real, transformación de esa realidad de la que es parte y huella de un existente del que es referenica y habitualmente testimonio inapelable.