Las teorías y puntos de vista habituales sobre las diferencias en el modo de pensamiento de las distintas sociedades humanas dependen enormemente de la constante dicotomía entre «avanzado» y «primitivo», «abierto» y «cerrado», «doméstico» y «salvaje», o lo que es lo mismo, entre cualquiera de las distinciones que la gama «nosotros-ellos» puede abarcar. Para el eminente antropólogo Jack Goody, tal aproximación prejuzga cualquier discusión seria sobre los mecanismos conducentes a cambios a largo plazo en los procesos cognitivos de las culturas humanas, o cualquier explicación adecuada de los cambios en las sociedades «tradicionales» que están teniendo lugar en el mundo que nos rodea. Este clásico e imprescindible trabajo intenta suministrar el armazón de una explicación más satisfactoria, al remitir ciertas diferencias de «mentalidad» a los cambios en los medios de comunicación y, específicamente, a los cambios sucesivos implicados en el desarrollo de la escritura. Todo ello basado en consideraciones teóricas, así como en la evidencia empírica que se deriva del trabajo de campo en el oeste de África y en el estudio de una amplia serie de materiales referentes a las antiguas sociedades del Próximo Oriente.