Para conocer mejor al
hombre, este libro, fiel al método etnológico, dirige su mirada hacia
sociedades muy distantes de la del observador. Pero también se presenta como
una reflexión sobre un problema muy general de la condición humana: el de las
relaciones entre coacción y libertad.
¿De qué margen de maniobra dispone la cultura dentro de los límites que le
fija al hombre su naturaleza biológica, y el individuo mismo en el seno de
unidades sociales básicas familia, matrimonio, parentesco, orígenes que
tiene a su cargo mantener o renovar? ¿Con qué amplitud reacciona el
pensamiento a las presiones del medio? ¿A qué reglas fundamentales debe
obedecer la lengua para poder comunicar? ¿Qué relaciones existen entre la
gama de posibilidades imaginadas por la mente y la realización de sólo
algunas de ellas?
Abriéndose camino entre las instituciones, usos, mitos, ritos y creencias
de las sociedades más diversas, el autor se aproxima progresivamente a la
nuestra. Muestra que entre nosotros, al igual que en otros sitios, lejos de
oponerse, la coacción y la libertad se complementan. Así, se disipa la
ilusión contemporánea de que la libertad no tolera obstáculos y que la
educación, la vida social y el arte requieren para desarrollarse un acto de
fe en la omnipotencia de la espontaneidad: ilusión que no es la causa, pero
donde puede verse un aspecto de la crisis que atraviesa Occidente en la
actualidad.