Los autores de la presente obra colectiva se preguntan, desde distintos ángulos (metodológicos y epistémicos) y compromisos vitales con la contracultura, acerca de la relación entre Europa, como interzona insólita de libertad surgida tras la Segunda Guerra Mundial, y la emergencia de los movimientos contraculturales. Sobre todo de aquellos que arrancan de los años sesenta, y en particular de pre y post mayo del 68.
Bajo este dictado, que en cierta forma emancipa la idea de contracultura de los movimientos norteamericanos simultáneos, se plantean temas tales como la relación con la creatividad cultural y la androginia, el movimiento libertario ibérico considerado como cemento de la vida contracultural, la contestación rasta en Londres, la música y las radios libres de los 60 y 70 en Milán, la crítica institucional como reverso contracultural, el vino como alimento sacro de los círculos contraculturales, la extrema derecha y su relación con la medios de contestación vital, la vía específica de penetración underground en la Baja Andalucía, las contraculturas mexicana, marroquí y española en comparación, el grupo beat tangerino, el nacimiento del islam converso en la España de los ochenta y sus orígenes contestatarios, el antropólogo Luc de Heusch en los medios de Cobra, el rock como producto contrarrevolucionario, la madrileña calle de la Libertad y el papel jugado en la movida, los fanzines de este último
movimiento, la relación entre poesía y contracultura, y finalmente la pregunta por una Europa que se rechaza a sí misma desde posiciones de izquierda política.
Un texto plural para abordar una ecuación, Europa y la contracultura, que puede servir para girar el discurso europeísta hacia nuevos fundamentos. Vinculándolo acaso con la secular dimensión crítica de la filosofía vital y cultural del continente que anhela la libertad y la búsqueda experiencial de lo insólito, incluso en tiempos de crisis, más que con la política institucionalizada en sí.