El nuevo paradigma de la justicia ecológica se aborda en este libro como un modelo jurídico, pero a la vez físico, económico, político y ético. Actualmente la acumulación de riqueza, como esencia que rige el funcionamiento del sistema económico capitalista, solo es posible bajo condiciones de expoliación ecológica y menoscabo de los derechos sociales. La ciencia, por su parte, justifica la radicalidad de una razón socioecológica para la defensa de los bienes comunes de la humanidad, desde los espacios de la economía y el derecho.
La creciente intervención humana en los sistemas naturales nos ha introducido en una nueva era geológica: el Antropoceno. Entre el vasto conjunto de las alteraciones producidas por los humanos en el planeta destacan el calentamiento global y el correlativo cambio climático. El calentamiento del sistema climático es un fenómeno global y una de las más graves amenazas para todos los continentes y océanos.
Los estudios científicos evidencian las observaciones realizadas en todo el planeta. La alteración de los equilibrios medioambientales entre el hombre y la naturaleza mantenidos durante milenios supone riesgos como la inseguridad alimentaria, que afecta especialmente a la vida de los países y personas pobres, y traza un negro panorama si no se actúa a tiempo. Para corregirlo, el acuerdo universal sobre el cambio climático de la Cumbre de París de 2015 plantea algunas soluciones.
Simultáneamente, el avance tecnológico, tan contradictorio, despierta la reflexión y los nuevos fundamentos de una ética ecológica. Una ética de responsabilidad con las generaciones futuras y el planeta Tierra, que inspira las exigencias de justicia social y ecológica desde los movimientos sociales y la crítica frente a los obstáculosdel derecho y la política que no plantean radicalidad alguna. Para que el cambio de paradigma llegue a convertirse en real, una de las premisas es facilitar el acceso a la administración de justicia de las nuevas demandas socioecológicas de la ciudadanía y eliminar obstáculos procesales que obedecen a una época pasada y no responden a la problemática ecológica y social que protagoniza el tiempo presente.