Tal y como ha dicho el vicepresidente del Banco Mundial, «las guerras del próximo siglo serán por el agua». La reserva mundial de agua está cayendo en manos de multinacionales, que pugnan por controlar este precioso recurso. Los autores, activistas canadienses, denuncian el preocupante panorama de la realidad: las compañías multinacionales se benefician de la debilidad de los gobiernos, al tiempo que consumen las reservas de agua. En algunos países, el agua ha sido incluso privatizada, mientras las ventas de agua embotellada por parte de compañías como Perrier y Evian, y de refrescos como Coca-cola y Pepsi, se incrementan sin cesar. Finalmente, lo que en realidad está en juego es el poder de las multinacionales en un entorno económicamente liberalizado, frente al derecho de las personas a un elemento tan básico como el agua; la globalización, frente al cuidado y al respeto del medio ambiente y de los recursos naturales de la Tierra.