Fermí, Piker y Julián están más que son. Son un mundo, un paisaje, una manera de ser y de ir por la vida. Nacen en la playa, suben y bajan por las dunas, pescan sin pescar peces, ligan sin ligar en esos litorales turísticos llenos de chiringuitos donde la vida se rige por las reglas del ocio y el disfrute.