Como dice Ignacio Ramonet en el prólogo, este libro bien podría titularse «Itinerario de un rebelde». Esta obra refleja las inquietudes de un joven que, como tantos otros hoy en día, sufre la precariedad y la flexibilidad del mercado laboral y no encuentra acomodo en los dictados e ideales dominantes. El autor conjuga un estilo muy personal, directo y discursivo, con imágenes de trazos claros que ocupan la página con magníficas composiciones. Así, consigue hilvanar una narración muy ágil que pretende elucidar qué se esconde tras el orden mundial de la «globalización», quiénes ganan y quiénes pierden con ella, cómo han ido imponiéndose las ideas que la sustentan, desde tiempos de Reagan y Tatcher, gracias a la colaboración de fundaciones, institutos y organismos como el FMI, la OMC o el Banco Mundial. Las experiencias personales del autor marcan el ritmo de la obra: precariedad laboral en Lyon, voluntariado en la ex Yugoslavia en guerra y cooperación como observador en Chiapas.