En contra de una creencia muy extendida, la historia del colapso de la URSS no fue el despliegue inevitable de una tragedia a la que conducía la inviabilidad del socialismo soviético. En realidad, fue la historia del triunfo de una cierta tendencia dentro de la propia revolución.
En este libro, Roger Keeran y Thomas Kenny sostienen que el derrumbe y desintegración de la URSS no se produjeron a causa del fracaso objetivo del socialismo, como se ha repetido machaconamente desde las derechas occidentales, sino que fueron producto principalmente de las políticas que Mijaíl Gorbachov pu- so en marcha después de 1986. Políticas que no eran las únicas posibles para abordar los problemas existentes, y que surgieron de un debate, tan viejo como el propio marxismo, en el seno del movi- miento comunista acerca de cómo construir una sociedad socialista.
Lo cierto es que después de 1985, las políticas de Gorbachov se desplazaron hacia la derecha, basándose en lo que podríamos llamar una visión socialdemócrata del socialismo que debilitaba al Partido comunista, hacía concesiones ante el capitalismo e incorporaba al socialismo soviético ciertos aspectos de la propiedad privada, los mercados y las formas políticas capitalistas. Como resultado, progresivamente, las reformas de Gorbachov condujeron al desastre económico y la desintegración nacional. Y la URSS colapsó.