En esta práctica introducción a los métodos etnográficos de trabajo de campo, Martyn Hammersley y Paul Atkinson reconsideran el status de la etnografía y procuran situarla en relación a un contexto general de metodologías, proporcionando a la vez información sistemática y coherente sobre los principios etnográficos y su puesta en práctica.
El punto de partida es el rechazo de la oposición simplificadora entre "positivismo" y "naturalismo". Los autores, así, argumentan que la etnografía debe contemplarse como un proceso reflexivo, es decir, como parte del mundo social que ella misma estudia, e ilustran con ejemplos los principales elementos existentes en el trabajo etnográfico: la selección y muestra de casos; el problema del acceso, de la observación y las entrevistas; la recogida y ordenación de datos; y el proceso de análisis y redacción de los resultados.
De este modo, la obra -cuyo material ilustrativo procede en su mayor parte de estudios clásicos recientes de América y Gran Bretaña- acaba representando una valiosa introducción y una inmejorable guía de investigación etnográfica tanto para el investigador experimentado, como para el estudiante o el recién llegado al campo.